Nuevos problemas laborales en la comunidad monjil 20 Ago, 2009

La crisis llega a todos los rincones de la sociedad occidental, de eso no hay ninguna duda. Este hecho nos ha llevado a tener que incrementar el número de visitas a cualquier precio… ya no importa la calidad, sólo la cantidad. Por eso hemos decidido tratar de beneficiarnos de los trolls ajenos y hablo de la gente que gasta su tiempo en las floridas praderas de nuestros hermanos de Psicodelirium.

Nuevamente es la religión la que motiva una entrada en este blog, en este caso las religiosas y su propensión a claudicar ante el octavo pecado capital (la lujuria al cuadrado).

Una monja puede sufrir la tentación de la carne, del mismo modo que cualquiera, en el fondo no son más que mujeres disfrazadas de Batman con vagina y todo. Como decía, las hay que sucumben a la tentación de una forma discreta, incluso me atrevería a decir que sana bebiendo tan sólo de imágenes e imaginación. No obstante, nuestra hipócrita sociedad, que tolera la teta del anuncio de Fa cada verano, incluso en horario infantil,  considera inadmisible que estas esposas de Dios tengan hormonas y que éstas actúen.

Hay otro tipo de monjas, criadas ya en tiempos de democracia y libres de complejos de culpa e inferioridad, monjas de esas que ya no hablan a su jefe de usted y no tienen ningún problema en exponer a las claras sus incompatibilidades laborales al presidente de la empresa para el buen funcionamiento de la compañía.

Bueno, y esto es lo que hemos encontrado hoy en la viña del Señor… yo de momento os dejo, que voy a un convento… a comprar bollos o a ver qué me dan por 50€